"En un pueblo, todos somos una biografía, una hilera de fotos, un hilo, la identidad está pegada a una historia. Tres, cuatro, cinco momentos en la vida de alguien que, de alguna manera, forman un dibujo, nos identifican. Desgracias, accidentes, encuentros, profesiones, amores, nacimientos, logros, anécdotas divertidas y anécdotas tristes. Hitos en una cronología. Puntos en esa vida, unidos por líneas en medio de la llanura, entre el viento,
el sol y las tormentas. Un final, una necrológica." 
"«¿Quién murió?», pregunta la gente en el bar o en el almacén cuando se encienden las luces de la pompa fúnebre o suena la grabación de campanas en LVA, la radio del pueblo."
"Un Pascualini, de los que viven atrás del cuartel de bomberos.
El que le decían Filón.
No, hermano de ese. El que se había casado con una de las Pautaso del Molle.
¿Las Pautaso esas que eran cuatro hermanas, todas lindas?
Sí. Este era el casado con la Delia, la hermana del medio.
El Pascualini que se le había accidentado el chico.
No, el que vos decís es el del nenito que se quemó con aceite, que estuvo mucho tiempo internado en Córdoba. Sería tío de ese nene. Este es el Pascualini que una vez cuando se fueron de viaje con los de la cooperativa la escalera mecánica le chupó la manga.
El que le había dado el ACV.
Sí, el del ACV."
Textos: Los Llanos, Federico Falco, Anagrama, Bs As, 2020.
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