“El tema número uno de la tele y el cine yankis es la plata, el dinero. Como el dinero afecta a la pareja, a la masculinidad, a las relaciones de familia, como modela el paisaje, las costumbres, los planes y los sueños… ¿Cuánto puede un humano resistir al llamado de sirena del dinero?"
"Casi nunca hablan de otra cosa, en el fondo. Igual, nosotros nos entretenemos con las anécdotas que recubren el tema y nos dejamos llevar por esos debates y dilemas éticos y nos medimos, esos conflictos, extendiéndolos sobre nuestros paisajes discordantes. También es cierto que el dinero supone un grado de control sobre el destino, sobre el azar de la vida. El dinero puede comprar salud, bienestar, seguridades varias. Futuro."
"Es como la anécdota de mi tío Elio, una vez que fundió una agencia de quiniela que había puesto con su mujer y estaba tan deprimido que lo llevaron al psiquiatra, y éste lo quiso medicar. Él escuchó atento y le dijo, al final: "Mire, doctor, yo le creo a usted pero hay algo en lo que no estamos de acuerdo. Usted me quiere dar pastillas y a mi el problema se me arregla con plata nomás. Yo lo que necesito es plata, no pastillitas”.
Textos: Frente, perfil y llanura, Leticia Obeid, Caballo Negro, Pag. 134, Córdoba, 2013.
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