"Los pocos animales que se alzan del piso en la llanura -algunas liebres, algunos cuises, algunos tatús, los flamencos de las lagunas, las garzas, algún puma si lográbamos ver uno- están siempre al acecho y son veloces pero se espantan con casi nada, la fauna, en fin, de la chatura, parecía pegarse al piso."
"Desde la altura el mundo se veía distinto como distinto se veía desde el suelo y desde atrás de una rueda de carreta en movimiento y desde lo alto de las más altas ramas de un ombú. Probé todas las perspectivas en esos días de descubrimiento:"
"Caminé en cuatro patas mirando lo que miraba Estreya, el pasto, las alimañas que se arrastraban por la superficie de la tierra, las ubres de las vacas, las manos de Liz, su cara, los platos con comida y toda cosa que se moviera. Apoyé mi cabeza en las cabezas de los bueyes y apoye las manos a los costado de los ojos y vi lo que ellos, sólo lo que quedaba justo adelante, la rastrillada y el horizonte incierto de su esfuerzo."
"Y empecé a percatarme de las otras perspectivas; no era lo mismo el mundo desde los ojos de la reina, rica, poderosa, dueña de las vidas de millones de personas, harta de joyas y comidas en sus palacios que solían estar en lugares desde los cuales se dominaba todo lo que se movía alrededor, que el punto de vista de, por ejemplo, de un gaucho en su tapera con sus cueros y sus fogatas de bosta."
"Para una, el mundo era una esfera llena de riquezas que eran suyas y debía mandar extraer de todas partes, para el otro, un plano a galopar buscando vacas, degollando enemigos antes de ser degollado o huyendo de levas y batallas. "
Textos: Las aventuras de la China Iron, Gabriela Cabezón Cámara, Randon House, Bs As, 2019